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Foto del escritorJordi Guerrero Medina

La ansiedad: definición y técnicas de relajación



Todos, en algún momento de la vida hemos sentido ansiedad, especialmente cuando una cierta situación puede provocarnos estrés. Por ejemplo: una entrevista de trabajo, hablar en público, ir al médico, entre otras.

La ansiedad es una emoción que se presenta en el día a día de muchas personas que llevan consigo una mochila cargada de preocupaciones, estrés e incertidumbre. Pero no te agobies, es mucho más común de lo que imaginas. Por cierto, ¿sabías que la ansiedad está catalogada como mecanismo de defensa? Sí, sí, como lo oyes (bueno, lo lees). Algunos tipos de ansiedad, pueden provocar de un modo positivo que estés "en alerta" en diferentes situaciones que se presentan, y por tanto, evitar situaciones desagradables o temidas por cada persona.

Para hacernos una idea de lo que es la ansiedad, lo podríamos comparar con el dolor físico. Cuando experimentamos dolor en alguna parte del cuerpo, implica que algo no va bien, avisándonos de que algo está pasando y, por lo tanto, tenemos que solucionar. Lo mismo sucede con la ansiedad, ya que implica que existe alguna irregularidad a nivel psíquico y, como tal, debe ser tratada. Hay que recordar que la ansiedad no es una psicopatología, sino una sintomatología provocada por una patología (depresión, obsesiones, estrés postraumático, adicciones, o bien situaciones de duelo, crisis o cambios emocionales, crisis de identidad...)

Algunos síntomas físicos que produce la ansiedad son la agitación, palpitaciones, náuseas, vértigos, mareos, malestar, sudoración, temblores, etc.En cuanto a los síntomas psicológicos, pueden producir inseguridades, miedos, fobias, sensación de irrealidad, hábitos nerviosos, falta de concentración, dificultad para memorizar o impaciencia, entre otros.

La clave para poder solucionar dichos problemas es acudir a un especialista, que tratará de averiguar cuales son las situaciones que provocan ese estado, y a partir de ahí, trabajar en la modificación de conductas. A continuación, detallamos diferentes técnicas de relajación que pueden ayudar a disminuir la ansiedad ante situaciones temidas. ¡Atentos/as!

Aprender a respirar

Todos creemos sabemos respirar correctamente, pero ojo, muchas veces no lo hacemos de la manera más correcta. Debido al ritmo de vida y a las prisas del día a día, muchas veces vamos acelerados, y eso, acaba repercutiendo en la forma de respirar.  Para. Tómate tu tiempo y sé consciente de la importancia que tiene respirar de un modo normal y relajado. Nuestra respiración natural siempre debe ser por la nariz, ya que de esta forma, filtramos el aire que entra, y expulsamos las impurezas bloqueadas en el interior de la nariz. Atentos al siguiente punto porque va muy relacionado con éste:

Respiración diafragmática:

La respiración diafragmática, o respiración profunda, es la respiración que se realiza al contraer el diafragma (un músculo ubicado horizontalmente entre la cavidad torácica y la cavidad abdominal). El aire ingresa a los pulmones, el pecho no se eleva y el abdomen se expande durante este tipo de respiración. Para ello, deberemos escoger un lugar tranquilo, y nos pondremos en una posición cómoda y relajada. ¿Un truco? Sitúa una mano en el pecho y la otra sobre el estómago. Suavemente, cogeremos aire por la nariz, llevando el aire hasta la mano que tienes en el estómago. Verás como la mano del pecho prácticamente no se mueve y la del estómago, poco a poco va elevándose. Retén el aire durante un par de segundos, y suéltalo progresivamente. Si lo repites, como mínimo tres veces, verás como poco a poco, consigues relajarte.

Caminar o hacer ejercicio

Realizar cualquier actividad física nos ayuda a canalizar la activación de nuestro cuerpo, y más si lo hacemos al aire libre. Nos ayudará a reducir las preocupaciones de nuestra mente. Así que ya lo sabes, nada de 'apalancarse' en el sofá de casa (que todos sabemos que se está muy bien) y sal, aunque sea, a dar un paseo. Verás que te sentará de maravilla.

Dejar la mente en blanco

¿Qué fácil es decirlo, verdad?. Mientras realizamos los ejercicios de relajación, concéntrate exclusivamente en tu respiración. Exhala lentamente (sacar el aire de tus pulmones) y ves contando de manera relajada hasta cinco. Si durante esa cuenta, ha pasado algún tipo de pensamiento por tu mente, reanuda nuevamente el proceso. Ánimo, tú puedes.

Si leyendo estas lineas sigues estirándote de los pelos, no sufras, el equipo de El Diván de Jordi está a tu disposición para dar respuesta a cualquier duda que te pueda surgir.

Ahora: ¡RELAX!

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